Ayer al anochecer en Ondarroa vivímos un acto entrañable los que nos acercamos al pueblo que vió nacer al legendario Guillermo.
En la Antigua Cofradía de Pescadores, hoy día Casa de Cultura, justo pegado al ponte vecchio "Zubi Zaharra", encima de un antiguo mercado, nos dimos cita un nutrido grupo de pelotazales convocados por Pilotarien Batzarra y el Ayuntamiento de Ondarroa.
El motivo no era otro que la presentación, la reedición del libro "Neuk...!, la vida de Guillermo escrita por Paco Turrillas.
El acto comenzó a eso de las siete de la tarde. Fuera del edificio, en la calle principal, cuadrillas de txikiteo, música y altavoces, pancartas e ikurriñas, las aceras llenas de gente dando la bienvenida a un preso de la localidad que recobraba la libertad... Ondarroa as usual, pensé para mis adentros. Ondarroa en estado puro.
Fue el representante del Consistorio, Rikardo Gatzaga, quien ejerció de maestro de ceremonias. Glosó la memoria de Guillermo, su figura, repasó magistralmente parte de la historia del jai alai demostrando su conocimiento no en vano su padre también fue pelotari de cesta punta.
Familiares de Turrillas también acudieron al acto. Pepe, uno de sus sobrinos, nos habló de las andanzas de su tío Paco Turrillas. Una vida novelesca, un aventurero que le tocó vivir en una época, la Guerra Civil y, posteriormente, el exilio, tiempos de zozobra. En ese contexto sobrevivió y se curtió el que hasta el final de sus días llevó una vida de personaje barojiano.
Ayer en Ondarroa la realidad superó a la ficción a tenor de lo que escuchamos de los labios del celebérrimo Angelito Ugarte, amigo de Turrillas en Mexico; íntimo amigo de Guillermo en Miami. Angelito con su gracia habitual recordó jugosas anécdotas de ambos personajes que provocaron la sonrisa permanente y alguna que otra carcajada en la audiencia. No todo era cómico en el relato del txantxangorri de Villabona. La vida de Turrillas y Guillermo, sobre todo de éste último, tuvo su parte final un tanto dramática.
No podía ser de otra manera. Quienes escogieron una vida anárquica, sin ataduras, una vida de aventura viviendo al filo de la navaja, a la fuerza, siguiendo el guión, tenia que tener un final esperado, lejos de la comedia. La traca final en la construcción de la leyenda.
Ayer, Angelito, testigo presencial, fue la tercera pata del trípode que teníamos ante nosotros. Tres personajes irrepetibles. La reencarnación de personajes creados por Don Pío o Miguel Pelay Orozco en la ficción y que, posteriormente, se recrean convirtiéndose en realidad. Ayer se mostraron ante nosotros. Dos de ellos desde el testimonio en forma de relato y el tercero, Angelito Ugarte, en carne y hueso.
Tres personajes barojianos unidos por el destino.
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