Wednesday, June 23, 2010

Marcelino: Cuando Hay Ilusión y Ganas...


"Cuando hay ilusión y ganas de conseguir un objetivo, se puede con todo, y sobre todo en aquellos tiempos que no había más remedio que hacerlo así". (J.A. Larrañaga)

Esta cita del historiador marquinés de la cesta punta viene a cuento tras iniciar la lectura de su última publicación: "Marcelino".

Larrañaga repasa la vida del mayor de la saga de los "Marcelino". Marcelino Bereziartua nació en el caserío Beide de Etxebarria, Bizkaia, el 14 de julio de 1896. El caserío estaba situado a un kilómetro de Etxebarria y a kilómetro y medio de Markina.

Marcelino comienza a jugar a cesta punta en Markina ya que en aquellos tiempos no había frontón alguno en Etxebarria. El que existe actualmente fue construido en 1936.

El frontón de Markina en aquel tiempo era abierto, sin cubrir, sin pared de rebote y muy largo, calculándose que tendría más de 70 metros, puesto que la pared izquierda llegaba hasta el Paseo del Prado.

Marcelino ante la imposibilidad de practicar el rebote en el frontón de Markina, al carecer de pared de rebote, tuvo que buscar un frontón con rebote, que fue el Astelena de Eibar, construido en el año 1904. Este frontón era muy largo, abierto y sin cubrir, donde al final de la cancha había una casa. Una de las paredes laterales de esta casa, era utilizada como pared de rebote del frontón, suficiente para el inicio del aprendizaje a rebotear.

Marcelino, para ir a ensayar a Eibar, no tuvo más remedio que desplazarse andando. La distancia a recorrer desde su caserío de Etxebarria , estimamos que sería entre 17 y 18 kilómetros, pasando por el alto de Usartza. Salía hacia las 5 de la madrugada desde su caserío y el itinerario que siguió era: Caserío Beide, alto de Usartza y descenso a Eibar, donde llegaba con suficiente antelación a que el canchero abriera el frontón.

Después del ensayo en el Astelena, sobre todo practicando el rebote, volvía a casa haciendo el mismo recorrido".

Imagino que el lector estará pensando lo mismo. Eran otros tiempos, no había transporte, no había facilidades. Como se dice en euskera: larre motxekoak. (pastos de apenas hierba).
Ahora bien, como comenta Larrañaga: cuando hay ilusión y ganas de conseguir un objetivo, se puede con todo, y sobre todo en aquellos tiempos que no había más remedio que hacerlo así".

No cabe duda, ilusión y ganas de conseguir un objetivo. Marcelino lo logró.

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