Ayer por la tarde estaba viendo por internet la sexta quiniela de la matiné de Dania y, para mi sorpresa, veo que Diego jugaba con el siete. --Diego es un pelotari delas últimas pero en este caso jugaba la quiniela supliendo alguna baja.
Diego y su zaguero Eibar se fueron de calle hasta quedarse a falta de tanto. Paseo triunfal de Diego, pensé.Se nota la diferencia de juego. Total que a falta de tanto Diego hace pasa y al banquillo. Vaya forma de dejar escapar la quiniela, pensaba.
En esto que se empieza a enredar la quiniela, como si nadie quisiera acabarla. Me decía a mismo, están trabajando para Diego. Efectivamente, vuelve a entrar el mayor de los dos hermanos y palo de Eibar, al banquillo otra vez, goodbye. Se acabó.
De acabarse nada de nada. Sigue eneredandose la quiniela, nadie la quiere acabar. A falta de tanto uno, después otro. Otra vez todos trabajando para Diego, me digo a mismo. ¡Y vuelve a entrar el 7!. Esta vez sí, esta vez a la tercera la vencida. En pleno peloteo corta con la derecha Diego y la pelota al toldo. Lo que es el sistema de la quiniela, para mis adentros. Si lo llega a hacer un debutante estaría pensando: lo que hace la falta de oficio. Así es el sistema de las quinielas, amigos.
Hablan maravillas de Diego, me aseguran que al menos en quinielas tiene más juego que su padre, Beaskoetxea II. Mucho toque, pelotari completo. Este verano parece que le vamos a poder ver en Euskal Herria. Cómo me alegro. Así como me alegraría verle jugar a otro del que también hablan muy bien, me refiero a Solozabal. Con este tendremos que esperar antes de verle por aquí.
Cuando les veo a Gonzalo y a Diego la imágen de aquel pequeño gran pelotari que fue Beaskoetxea II me viene a la memoria. Habrá habido pocos que con menos carrocería hayan sacado tanto juego. Sobre todo en canchas de mucho espacio como Gernika o San Juan de Luz. Pocos llegan a ser figuras aunque estén dotados atleticamente, hace falta además talento. Ahora bien, si encima físicamente estás limitado, la cosa se complica.
Pancho Beaskoetxea aprovechaba al máximo sus armas, mayor rendimiento difícil de extraer. Buen sacador, y gran restador. Pegado a la pared izquierda era temible, marcaba la dos-paredes magistralmente. En Gernika era una pesadilla para muchos.
De rebote, con pelota viva, hacía mucho daño. Siempre tirandose al suelo le daba altura dirección a la pared izquierda. Un desafío al bote-corrido de los zagueros.Su revés no era nada vistoso pero muy eficaz. Bombeaba la pelota y casi siempre llegaba al fondo de la cancha, mal sitio para el zaguero.
Beaskoetxea II poseía otra gran virtud. Era un luchador, se dejaba la piel en la cancha. Hasta el cartón 35 no había tregua aunque fuera perdiendo. Le iba la vida en cada tanto.
A Diego, como decía, le veremos jugar partidos este verano. Seguro que juega una barbaridad y disfrutaré viéndole jugar y tendré que hacer un esfuerzo para no caer en comparaciones que no sirven para nada.
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