Friday, December 11, 2009

El Juego Limpio

  Carlos Pita, ex-jai-alai player, con el que creo que jugué en Orlando allá por el año 1982, hace un comentario interesante a mi último post en el que escribo sobre Salsamendi, Marcelino etc. Pita dice que los puntistas anteriores, es decir, en la época de su padre, jugaban "catch&throw" , coger y tirar. O sea, el juego limpio. Todo lo contrario, esto lo digo yo,  que en la actualidad en el que algunas de las figuras abusan del "two-three steps&throw", afeando el espectáculo.
  Carlos Pita padre le decía a su hijo lo siguiente: "hijo, yo puedo jugar fácilmente de la manera que tu juegas, apuesto que tú no podrías jugar de la manera que nosotros lo hacíamos".
  ¿Se debería hacer algo para que esas figuras como Goikoetxea, Lopez, Egiguren, Arriaga etc, jugaran más limpio?
  Las figuras son referenciales en cualquier deporte. Si los máximos exponentes juegan de esa manera, ¿qué podemos esperar del resto?
   Yo no digo que haya que volver a la época de Txikito de Oñate con el que jugué en Zaragoza allá por el año 1970. Este pelotari tenía entonces más de 50 años, era una maravilla verle jugar. Auténtico "catch%throw". Pienso que Txikito de Oñate fue el último exponente de esa manera de jugar. Posterior lo que estamos conociendo de todos es sabido. El sistema de la quiniela, con la permisidad y la complicidad de algunos intendentes que no supieron o no quieren atajar el tema, ha contribuido a que veamos ese juego sucio".
  El jai-alai como espectaculo ganaría si se volviera al juego algo más limpio.
  Antes hacía mención a los Pita, padre e hijo. Mirar lo que cuentan de Carlos Pita los libros de historia del Jai-Alai.
Carlos Pita Bellón, "delantero estilista cubano, comenzó a jugar en el Palacio de los Gritos de La Habana en 1946. También jugaba en el Fronton Biscayne de Miami, dividiendo su trabajo entre estos dos frontones.
  Era muy seguro y muy pelotari, aunque algo frío en el juego. De bonito revés, buena derecha, pero de poca pegada; buen rebote de revés, sobre todo colocándolo adentro; no era muy rematador, pero a veces lo hacía muy bien de costado. Sus ataques de carambola, aunque llevaban una velocidad relativa, eran difíciles de encestar. Algunos años más tarde, cuando ya se había consolidado como delantero estelarista, la prensa cubana diría de él que era "de rico manejo de cesta, bonitas posturas y una escuela de seguridad como la de Pistón; en lo tocante a emociones tremendas, era un Petit Pistón".
   Y sobre todo, esto lo digo yo, un pelotari que "jugaba limpio".

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